Acanceh, Yucatán. 3 de abril de 2015.
El sol cortaba las sombras perfectas en el pavimento. Se avecinaban un día caliente para los feligreses que llenaban las calles del poblado de Acanceh, a 20 minutos de la ciudad de Mérida en Yucatán, donde se realiza una representación de la pasión y muerte de Cristo.
Los actores son los mismos de cada año, cumpliendo la manda, la promesa a su Cristo, justo al pie de la pirámide de los antepasados. Justo ahí el Cristo se refrendaba, como un cruce de tiempos.
El ladrón y su acompañante, parecían sufrir los embates de un suelo de comal ardiendo y sólo a ratos las mantas y el agua sosegaban la sed de sus pies. El calor era tal que en un golpe de demencia, los soldados romanos auxiliaron a Jesús con su cruz, sólo por el morbo de verlo caer varias veces más.
Las mujeres lloraban a mares mientras la procesión llegó a un punto álgido. Finalmente Cristo es crucificado y elevado al cielo, la representación finaliza, pero la pirámide se conserva casi intacta en su lugar.
Fotos y texto:
Francisco Martin.
< Anterior
Siguiente >
Cuch Cruz. Una manifestación religiosa única en Maní, Yucatán. “Ya está todo escrito. Solamente Jesucristo sabe porque eligió hombres como apóstoles”, afirma Samantha.
Crónica y fotografías de Joan Serra Montagut.
< Anterior
Siguiente >
Inicio · Multimedia · Contacto · Publicidad