Ilustración j.antonioaraiza
Para el escritor y poeta maya, Jorge
Miguel Cocom Pech, la presente
pandemia de Covid-19 provocó un
acercamiento a la familia y la solidaridad humana y, en medio de esto,
la poesía fue ese salvavidas que le
rescató y le hizo vivir con dignidad.
Durante el confinamiento, Cocom
Pech se dedicó a escribir, leer y apreciar la compañía de sus seres queridos.
“La pandemia nos ha dejado una
lección: volver a la familia y la poesía
nos hace vivir con dignidad. En medio del confinamiento, aprendimos
nuevas formas de vida y en mi caso,
escribí sobre temas que antes no había prestado atención”, comparte.
El ganador de diversos premios por
la creación de poemas en español y
lengua maya admitió que siempre ha
procurado escribir cada día, y en confinamiento se agudizó esta costumbre.
Lamenta que algunas personas
no hayan pasado este periodo de la
misma manera, pues sin duda hubo
preocupación por la situación económica y otras adversidades.
No obstante, en su caso, agradecido con el universo, tuvo una
oportunidad para escribir a profundidad, tomar cursos, aprender una
nueva forma de vida y redescrubrirse como en cada etapa de su
vida lo ha hecho.
“En la casa descubrimos que es
importante la tolerancia, la solidaridad y que se mantenga la familia
unida. Tengo poemas que escribí en
este periodo y uno de ellos se llama
Amo el adjetivo que te embellece,
este es inédito”, compartió.
El autor menciona que también
ha vuelto a la raíz de estar solo en
este periodo, lo que le ha llevado a
reflexionar sobre la nostalgia, incluso
aquella que provocan actividades que
no volverán a ser las mismas después
de esta contingencia sanitaria.
“Por mucho tiempo escribí sobre
otros temas, pero ahora veo que pude
escribir sobre otras vivencias. Esta
etapa fue un ‘encontrarme conmigo
mismo’ y en medio de eso escribir lo
que me provoca”, añadió.
El poeta, a través de sus letras,
ha tenido oportunidad de aportar al arte multidisciplinario, pues
por parte de una estudiante de la
Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY) recibió la invitación
para que su poema La casa de tu
alma fuera musicalizado, así que
creó una partitura musical para
piano y orquesta.
También, otro joven de Campeche le solicitó autorización para
tomar uno de sus escritos y darle
sentido de música pop.
Los poemas de Miguel Cocom se
han traducido a diversos idiomas,
entre ellos el iraní, lo que para él significa un gran orgullo, pues desde la
lengua maya, un poema pasa a ser
universal.
El también recipiendario del Premio Internacional de Literaturas
Indígenas tiene un consejo para la
juventud aficionada a la escritura:
que no haya silencio entre todo lo
que se tiene para decir.
Cocom Pech, con pandemia o sin ella,
ha buscado fluir en la vida y reconoce que tuvo la fortuna de encontrar poesía en el canto de las aves, el
sonido del viento, en las palabras de
su abuelo y en la rebeldía misma.
“Soy un ser que no se conforma
con percibir las cosas de la misma
manera, sino busca trascender en
la vida. Eso me llevó a la poesía.
Decía mi abuelo que cuando nací
soplaba un viento del norte, justo
cuando nací en el campo y mi madre ayudaba a mi abuelo a partir
calabazas”, apuntó.
Él nació a los siete meses y ahora
confirma que fue porque tenía precipitación por venir a la vida.
“Cuando nací, mi abuelo dijo:
este niño no se va a quedar en
un lugar, va a ser un vagabundo
y he sido un vagabundo en busca
de la palabra sagrada que cure. La
poesía es la sanación del alma para
los hombres y mujeres”, compartió.
Desde la edad de 10 años, Miguel se ha preguntado qué hacer y
para tratar de responderle al universo y a sí mismo, escribe.
Soy un ser que no se conforma con percibir las cosas de la misma manera, sino que busca trascender en la vida. Eso me llevó a la poesía