La poesía en lenguas originarias, “un acto de resistencia”: Sasil Sánchez

Faltan espacios para las y los creadores -no sólo literarios, sino de cualquier otra disciplina- en lengua maya
JUAN MANUEL CONTRERAS
Mérida, 21 de Marzo de 2021

“La poesía maya es un acto de resistencia, estamos plasmando nuestro mundo en letras”, expresó la poeta Sasil Sánchez Chan, quien luego de incursionar desde muy pequeña en la literatura, se percató de la fuerza de la palabra; y de que no todas las personas las percibían desde su misma óptica. “Y no porque no quieran, sino porque en un mundo globalizado a veces perdemos de vista muchas de las cuestiones que nos alejan de quienes somos”.
En su comunidad, Sasil aprendió a leer y escribir en su lengua, la maya, lo que le brindó la posibilidad de expresarse a través de las letras.
Han pasado dos años desde que publicó su primer poemario en lengua maya: U yóol t’aan (Esencia de palabras) con el que emprendió una búsqueda del sentido de la palabra. Muchos de los textos que lo integran se basan en ese tema.
“Qué significan las palabras dentro de lo que enunciamos, lo que codificamos en ellas y lo que en sí podríamos entender; por ejemplo, por la palabra ‘hombre’, ‘respirar’, ‘vivir’, todas ellas, que aparentemente están definidas, pero que desde una perspectiva diferente a la occidental tienen su propia concepción”, explicó.
En los conceptos que engloban contextos complejos radica la belleza y complejidad de cualquier idioma, consideró la poetisa, pues cada uno tiene dentro de su estructura lingüística palabras que al momento de traducirlas pierden gran parte de su significado original.
“La palabra tiene fuerza, alma y espíritu; y cada una de estas características les da un techo, no sólo en un contexto poético, sino también en el que nos desenvolvemos para entender el mundo. Eso es lo que da la complejidad y belleza que necesita la poesía”, señaló.
No sólo para leer, dijo, sino para comprender e involucrarnos en el mundo del autor, desde la perspectiva que plantea cuando hace los textos.

Faltan espacios

Para Sasil, aún faltan espacios para las y los creadores -no solo literarios, sino de cualquier otra disciplina- en lengua maya. Los ya establecidos han sido un gran avance, celebró, pero “falta bastante para comprender que no se puede definir la literatura maya bajo los mismos estándares que la occidental”.
“Entonces los espacios lo que hacen es propiciar lo equitativo, tanto para la escritura maya como para la que está en español. Estos mismos lugares donde se busca esa promoción tienen que ofrecer la posibilidad de mirar la literatura en lenguas originarias como lo que es: otro género dentro de la misma concepción”, explicó.
Sánchez Chan opinó que se le llama “poesía maya” desde que es la forma en la que la cultura occidental se refiere ese término (basada en sus estándares), más esto, aclaró, no significa que tenga que definirse a través de estos estatutos.
Ahora que la poetisa está de vuelta en su natal Xaya, se ha percatado de que ahí, y en otras comunidades, existe un sinnúmero de propuestas literarias; o gente que quisiera acceder a la posibilidad de escribir, pero no tiene acceso a una formación que abone al desarrollo de esta disciplina.

En ese sentido sentenció: “qué bueno que existan espacios, que haya concursos e instituciones que apuestan por esto, pero aún falta mucho para descentralizar los programas existentes y las convocatorias; también hay que cambiar la perspectiva de cómo se define la literatura maya, desde su propia concepción”.
La escritora reiteró que hay mucho talento en las comunidades del interior del estado, así sean las más apartadas, pero las oportunidades en ocasiones se encuentran únicamente en las cabeceras municipales o en la capital yucateca, lo que es una limitante para estas expresiones.

No se puede definir la literatura maya bajo los mismos estándares que la occidental, declara la poetisa de Xaya

Arma para combatir la realidad

“De no ir a la ciudad, no hubiera encontrado las posibilidades para hacer lo que hago, a diferencia de alguien que no ha salido de la comunidad. Con esto no quiero decir que tengamos que salir, al contrario, destacar la necesidad de que las oportunidades también lleguen a nuestros pueblos”, acotó.
Mencionó que la literatura en lenguas originarias es un arma para combatir esa realidad; y también para mostrarla. Para mirar desde la perspectiva de quien escribe. Lo que sucede con la maya, mencionó, es que tal vez sea una persona la que redacta, pero en la realidad involucra a la colectividad en la que vive.
Escribir en lenguas originarias, añadió, es un acto político; y no solamente en el caso de la poesía, sino en general. “Sobre todo, pensar que la poesía no es sólo la que hemos aprendido, sino como pueblos originarios hemos escrito en muchos espacios además del papel, como la ropa, la tierra y todo lo que nos rodea”.
“La poesía en maya me lleva a pensar a que es un acto de resistencia, de presencia en este mundo; no únicamente por el uso del idioma, sino también por lo que ahí estamos introduciendo, estamos plasmando nuestro mundo en las letras; y ahí radica la importancia de poner en palabras lo que estamos viviendo”, sentenció.
Para Sasil, la pandemia representa la oportunidad de tener un primer acercamiento con las letras; y también para seguir escribiendo, porque “hay que seguir caminando y resistiendo”. A quienes buscan incursionar en la literatura en lenguas originarias, les exhorta a no dejarse abrumar por lo que han aprendido que son las cosas, sino a redefinirlo y continuar escribiendo.

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Ilustración Soy la Mujer por @jacaranjas

Teen le ko’olelo’
A. Sasil Sánchez Chan
Teen le tuupul t’aano’, le ma’atech u ya’alalo’,
le xíixik oot’elo’, le teejel yéetel k’aak’as tuukulo’obe’,
le boox oochelo’, le ku sa’atal kex yaan máax ku paakat.
Teen le sáal k’abo’, le ku pe’ech’el yéetel u muuk’ xiib.

Teen le chaknul wíinkilalo’, le joronts’íibta’an yéetel po’opoch’il,
le ku xíinxíimbaltik lu’um yéetel u k’aayil jets’ óolal,
le ku tsa’atsayik u yoot’el ti’al u k’ak’atmáan u ch’i’ibalil.
Teen le máax búukintik p’eekil ti’al u ch’a’ak u yiik’ máan k’iin.

Teen u sóol uj, le ku yila’alo’, le ma’atech u yu’ubalo’,
le ku yáalkab yéetel ja’o’, le ku u ja’chajal ichil u beel noj kaaj,
le ku much’ik kóokayo’ob ti’al u ch’ajik sáasil tu yich máak,
Teen le yáax ko’olel, le ku jayik u moots ti’al u núup’ul lu’um yéetel wíinik.
Soy la mujer
A. Sasil Sánchez Chan
Soy la palabra apagada, la impronunciable,
la piel agrietada, aquella rota por fuerza de pensamientos oscuros,
la sombra negra, la que se ha perdido entre miradas.
Soy la mano ligera, aquella aplastada por la fuerza del hombre.

Soy el cuerpo desnudo, aquel que de insultos ha sido tapizado,
la que recorre la tierra con cantos de paz,
la que teje su piel y levanta puentes que atraviesa su estirpe.
Soy quien se viste de rabia para darle respiro al tiempo.

Soy la cáscara de luna, la que se mira y no se escucha,
la que va con la corriente, la que se hacen líquida en las venas urbanas,
la que reúne luciérnagas para ponerle luz a los ojos del hombre.
Soy la mujer, la que extiende raíz para unir a la tierra con el hombre.