El ebook debe optar por nuevos formatos, más innovadores y dinámicos, considera Daniel Medina

ABRAHAM BOTE

“Un gran error”, pensar que un libro físico es sinónimo de literatura

El libro físico debería extenderse siempre a lo digital y venderse al mismo precio, señala el editor. Foto jusaeri

Además de ser digital, el libro debe optar por nuevos formatos dinámicos, digitales, audiovisuales, innovadoras e interactivas para atraer a más y nuevos lectores, opinó Daniel Medina Rosado, director de la Ediciones O, que ofrece libros online de poesía y de manera gratuita.
Para Daniel Medina, hay que dejar de romantizar al libro físico y la seguridad de lector, de ponerlo como principal o único y dejar de pensar que quien hace libros, lo hace como una especie de curador cultural que ayuda al pueblo. Se debe buscar crear nuevos públicos y asegurar que los que sí son lectores tradicionales descubran que hay otro tipo de terrenos formas de leer.
“Pensar que un libro físico es sinónimo de literatura, o que ésta sólo se representa en una página que se ponen en un rectángulo, es un error fatal”, señaló.
De acuerdo con el editor, actualmente, ante el cierre de muchas librerías, los lectores tradicionales optan por los libros digitales, debido a la comodidad, accesibilidad y porque no se usan hojas; sin embargo, es mentira que el libro electrónico amenaza de alguna manera al físico; ambos siguen teniendo escaparates diferentes, debe haber un punto medio.
La realidad, consideró Daniel Medina, es que el físico debería extenderse siempre a lo digital y venderse al mismo precio. “Si crees que lo que compras es el objeto impreso, pues no sabes leer”, comentó.
Reconoció que todavía existe una especie de “aura de incredulidad” en algunos autores que no consideran que los libros digitales sean libros de verdad, porque existe un ritual de presentar el libro, pasarlo de mano en mano y firmarlo; esto es algo que hay que ir derribando.

Por ejemplo, grandes empresas como Amazon han apostado al digital, pero ellos cuentan con los recursos y la tecnología para blindar su contenido de los plagios y la piratería; las editoriales independientes no cuentan con estas facilidades. Sin duda, señaló, la apuesta del libro debe ser enfocada en lo digital y multimedia: “El tiraje impreso se agota, el digital no”.
El editor dijo que es el momento oportuno para que los distribuidores, autores y editores cuestionen un poco la “jerarquía del libro”, dejar de romantizar la seguridad del lector, pensar que sólo debería recibir contenido en físico de manera tradicional. La pandemia del Covid-19, por ejemplo, ha generado que mucha gente descubra nuevas formas de leer a través de los ebooks, pero esto no debe quedar sólo ahí.
Un factor importante para la formación de nuevos públicos lectores, principalmente en los nativos digitales, es brindar mejores experiencias y plataformas; no basta con digitalizar un libro clásico, que al final es eso, un libro que no se imprimió.
“Se necesitan materiales digitalizados en libros dinámicos, que tengan otro tipo de propiedades y características; animaciones, que sean interactivos, innovadores para consumir la historia de un modo diferente”, expresó.
Estos formatos dinámicos también sirven para que las personas descubran que lo acaba de leer fue realizado por un escritor o fue basado en tal tema, y esto los llevará a buscar mayor información en los libros tradicionales y al final reconocerse como lector.
El promotor cultural indicó que uno de los mayores temores a que este tipo de libros y lecturas, que pasen más allá de la página, es que el libro desaparezca.
“El libro ya tiene un corte metafísico, espiritual, que no va a desaparecer nunca, ya está tan enraizado en la cultura que no va desaparecer”, aseguró.

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