Lo que proyectan las novelas, cintas
y series en la televisión y plataformas de streaming es real: un escritor
con formación o autodidacta no vive
exclusivamente de lo que gana escribiendo novelas, poesía o ensayos
literarios. Julio Peniche es muestra
de ello, quien además de escribir,
tiene un trabajo que mantiene sus
necesidades y las de su familia, aunque su vocación esté en plasmar
historias y dramas redactadas en
una hoja o pantalla.
Pese a todo, ha dado más de
10 años de su vida para fomentar,
difundir, apoyar y preparar a nuevas generaciones de escritores, que
si bien son sometidos a pruebas
y críticas para hacer un filtro de
prospectos, lo hace a manera de
enfocarse en quienes ven la escritura literaria como una meta para
que la difusión sea aún mayor. Esto
a través de la Escuela de Escritores
Campechanos, proyecto que nace de
una inquietud y que hoy da espacio
a jóvenes promesas.
Según el criterio de Julio Peniche, Campeche no es un estado de
lectores por la falta de cultura e
incentivación por parte de las instituciones gubernamentales, así como
por la falta de espacios de formación
de escritores: al no haber material a
la mano para quienes quieran leer,
“es cuando los pocos lectores toman
material y obra de otros países, y no
de algo que pueden ver al salir de
sus casas”.
En entrevista con La Jornada
Maya, Julio menciona que él no es
un escritor nato, sino que se formó,
como cientos de escritores en el
mundo, apenas descubrió que tenía
ganas de dedicarse a la escritura
y que podía hacerlo. No terminó
su carrera en filosofía y tuvo que
irse un tiempo de la entidad para
trabajar en otros rubros, pero al
regresar a sus 18 años –relató que
le tocó una vida difícil–, retomó sus
estudios en letras.
“Hay quienes nacen con el don
y otros nos formamos académicamente... me tocó la segunda porque
supe que lo podía hacer. Desde mi
familia me inculcaron el hábito de
la lectura pues mi abuelo y mi papá
también leían desde enciclopedias
hasta libros de letras, simplemente
por el hecho de aprender. Así empecé y hoy ya he escrito cerca de 30
libros de diversos géneros”, destaca.
Considera que la falta de lectores
en Campeche, además que no hay
material palpable, es debido a la
falta de difusión para un escritor.
En la entidad no hay editoriales y
mucho menos alguien dedicado a
este rubro que pueda maximizar el
material que los escritores campechanos ofrecen al público, generalmente local.
Fue hasta hace unos 15 o 17 años
cuando un grupo de jóvenes crearon
lo que pudiera llamarse el primer
grupo de lectura de la ciudad, apoyado por la Universidad Autónoma
de Campeche (UACAM) y que luego
tendrían incluso a un escritor considerado rockstar, José Eduardo Huchín Sosa, pero que debido al detalle
de una editorial local, “no funcionó,
logró publicar sí, pero no más allá”.
Relata que la Secretaría de Cultura, cuando aún era instituto, intentó crear una editorial que pudiera
hacer ese trabajo que requieren los
escritores locales, pero no era redituable, porque era institucional, es
decir, de gobierno. Muchos de los
escritores de esos tiempos no querían nada con los institutos debido
a que los limitarían.
Ese romanticismo con el que nos
venden la vida de un escritor en
películas o series es real, señala Julio Peniche:
actualmente, para que
una editorial “trabaje” tu material te
pagan a lo mucho
30 mil pesos por
el libro, si bien te va hasta te firman
un contrato en donde te agregan 15 mil pesos más pero estás limitado
a escribir lo que ellos te piden o te
orientan, ahí es donde muchos prefieren la independencia pero a costa
que no vivas de lo que quieres.
La pandemia revolucionó en un
año los avances tecnológicos; la
aparición hace años de audiolibros,
de libros en línea y hasta hace poco
de los podcast en diversas plataformas, tuvieron mayor auge el año pasado pues nadie quería arriesgarse a
salir por un libro o incluso tocarlos.
Julio afirma estar de acuerdo con
el uso de estas tecnologías, no por
la facilidad que ofrecen para algunas
funciones, sino porque dan oportunidad de la que antes no podían
depender algunos escritores, la más
importante, la difusión personal y
del material sin costo y en los espacios que uno quiere difundirlos.
“Cuando algún escritor busca
apoyos a través de becas, hay que
cumplir requisitos, uno de los más
básicos es que tu trabajo esté editado en idioma inglés y antes no
era fácil acceder a esto, hoy a través de redes sociales puedes buscar
quienes dediquen su tiempo a estas
ediciones de idioma y utilizar sus
servicios, es decir, la tecnología hoy
ha facilitado muchas cosas que antes ni pensábamos”, resaltó.
Julio Peniche ha escrito más
de 30 libros, aunque no todos
han sido publicados; la mayoría
de éstos ha sido a través de programas institucionales debido al
costo de producción y edición,
siendo el Programa de Estímulo a
la Creación y Desarrollo Artístico
(PECDA) antes FECA, el que más
les reditúa como escritores pues
además del apoyo para la edición,
les ayuda a distribuir el material.
Hoy, la Escuela de Escritores
Campeche trabaja en redes, dando
cursos en línea impartidos por él y
otros integrantes, para escritores
amateurs y profesionales, pues
uno de los datos curiosos que destacó es que por dicho programa
han pasado generalmente abogados, funcionarios, burócratas y
otros tantos profesionales más,
pero muy pocos escritores con
formación académica.
Los pueden encontrar en Proyecto Escuela de Escritores o en la
dirección de correo electrónico [email protected]