En Campeche sí hay escritores; lo que falta son apoyos, señala Julio Peniche

JAIRO MAGAÑA

Lo que proyectan las novelas, cintas y series en la televisión y plataformas de streaming es real: un escritor con formación o autodidacta no vive exclusivamente de lo que gana escribiendo novelas, poesía o ensayos literarios. Julio Peniche es muestra de ello, quien además de escribir, tiene un trabajo que mantiene sus necesidades y las de su familia, aunque su vocación esté en plasmar historias y dramas redactadas en una hoja o pantalla.
Pese a todo, ha dado más de 10 años de su vida para fomentar, difundir, apoyar y preparar a nuevas generaciones de escritores, que si bien son sometidos a pruebas y críticas para hacer un filtro de prospectos, lo hace a manera de enfocarse en quienes ven la escritura literaria como una meta para que la difusión sea aún mayor. Esto a través de la Escuela de Escritores Campechanos, proyecto que nace de una inquietud y que hoy da espacio a jóvenes promesas.
Según el criterio de Julio Peniche, Campeche no es un estado de lectores por la falta de cultura e incentivación por parte de las instituciones gubernamentales, así como por la falta de espacios de formación de escritores: al no haber material a la mano para quienes quieran leer, “es cuando los pocos lectores toman material y obra de otros países, y no de algo que pueden ver al salir de sus casas”.

Julio Peniche ha escrito más de 30 libros de distintos géneros. Foto Rodrígo Díaz Guzmán

En entrevista con La Jornada Maya, Julio menciona que él no es un escritor nato, sino que se formó, como cientos de escritores en el mundo, apenas descubrió que tenía ganas de dedicarse a la escritura y que podía hacerlo. No terminó su carrera en filosofía y tuvo que irse un tiempo de la entidad para trabajar en otros rubros, pero al regresar a sus 18 años –relató que le tocó una vida difícil–, retomó sus estudios en letras.
“Hay quienes nacen con el don y otros nos formamos académicamente... me tocó la segunda porque supe que lo podía hacer. Desde mi familia me inculcaron el hábito de la lectura pues mi abuelo y mi papá también leían desde enciclopedias hasta libros de letras, simplemente por el hecho de aprender. Así empecé y hoy ya he escrito cerca de 30 libros de diversos géneros”, destaca.
Considera que la falta de lectores en Campeche, además que no hay material palpable, es debido a la falta de difusión para un escritor.
En la entidad no hay editoriales y mucho menos alguien dedicado a este rubro que pueda maximizar el material que los escritores campechanos ofrecen al público, generalmente local.
Fue hasta hace unos 15 o 17 años cuando un grupo de jóvenes crearon lo que pudiera llamarse el primer grupo de lectura de la ciudad, apoyado por la Universidad Autónoma de Campeche (UACAM) y que luego tendrían incluso a un escritor considerado rockstar, José Eduardo Huchín Sosa, pero que debido al detalle de una editorial local, “no funcionó, logró publicar sí, pero no más allá”.
Relata que la Secretaría de Cultura, cuando aún era instituto, intentó crear una editorial que pudiera hacer ese trabajo que requieren los escritores locales, pero no era redituable, porque era institucional, es decir, de gobierno. Muchos de los escritores de esos tiempos no querían nada con los institutos debido a que los limitarían.
Ese romanticismo con el que nos venden la vida de un escritor en películas o series es real, señala Julio Peniche: actualmente, para que una editorial “trabaje” tu material te pagan a lo mucho

30 mil pesos por el libro, si bien te va hasta te firman un contrato en donde te agregan 15 mil pesos más pero estás limitado a escribir lo que ellos te piden o te orientan, ahí es donde muchos prefieren la independencia pero a costa que no vivas de lo que quieres.
La pandemia revolucionó en un año los avances tecnológicos; la aparición hace años de audiolibros, de libros en línea y hasta hace poco de los podcast en diversas plataformas, tuvieron mayor auge el año pasado pues nadie quería arriesgarse a salir por un libro o incluso tocarlos.
Julio afirma estar de acuerdo con el uso de estas tecnologías, no por la facilidad que ofrecen para algunas funciones, sino porque dan oportunidad de la que antes no podían depender algunos escritores, la más importante, la difusión personal y del material sin costo y en los espacios que uno quiere difundirlos. “Cuando algún escritor busca apoyos a través de becas, hay que cumplir requisitos, uno de los más básicos es que tu trabajo esté editado en idioma inglés y antes no era fácil acceder a esto, hoy a través de redes sociales puedes buscar quienes dediquen su tiempo a estas ediciones de idioma y utilizar sus servicios, es decir, la tecnología hoy ha facilitado muchas cosas que antes ni pensábamos”, resaltó.
Julio Peniche ha escrito más de 30 libros, aunque no todos han sido publicados; la mayoría de éstos ha sido a través de programas institucionales debido al costo de producción y edición, siendo el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) antes FECA, el que más les reditúa como escritores pues además del apoyo para la edición, les ayuda a distribuir el material.
Hoy, la Escuela de Escritores Campeche trabaja en redes, dando cursos en línea impartidos por él y otros integrantes, para escritores amateurs y profesionales, pues uno de los datos curiosos que destacó es que por dicho programa han pasado generalmente abogados, funcionarios, burócratas y otros tantos profesionales más, pero muy pocos escritores con formación académica.
Los pueden encontrar en Proyecto Escuela de Escritores o en la dirección de correo electrónico [email protected]

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