Juan Ángel Xacur Maiza fue el editor de la Enciclopedia de Quintana Roo, de diez tomos, publicada en el año 1998; también presidió el Fondo de Fomento Editorial del estado, el cual es reconocido como pieza clave para recopilar la historia de la entidad en la década de los años 70’s. Su pasión por los libros lo llevó a ser de los empresarios pioneros en el negocio de las librerías, así como un gran coleccionista de obras literarias que incluso datan de hace varios siglos.
“No sólo es la falta de lectores lo que ha desalentado el negocio de los libros en Chetumal; uno de los factores más importantes fue el cambio en las políticas del estado”
Cuando Xacur Maiza llegó a Chetumal proveniente de Yucatán, en
el año 1972, lo hizo con su pequeña biblioteca integrada por un
centenar de libros de la colección
Salvat, la cual, recuerda, “era muy
económica”; y lo hizo también con
la enciclopedia Uteha, que recibió
de su padre en 1956 a la edad de
cinco años y que fue adquirida en
una librería de la Ciudad de México.
La biblioteca personal de Juan
Xacur se ubica en una habitación en
la parte superior de su vivienda, la
cual nos muestra en un breve recorrido. La mayoría de los libros están
empastados y se divide por temáticas: primero los que abordan temas
religiosos, incluido un ejemplar de
la Biblia del año 1836 adquirido
en el municipio de Felipe Carrillo
Puerto, y el misal Dom Lefevre, que
fue propiedad del yucateco Carlos
Castillo Peraza, un intelectual y ex
dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), amigo suyo.
En su colección destaca un libro escrito por Antonio Guevara, el
director espiritual del emperador
Carlos V, publicado en el año 1548,
el cual conserva en perfecto estado,
así como la Biblia, la segunda edición traducida al español por el
obispo de Astorga.
Juan Xacur se formó como lector
desde muy pequeño, pues además leía
cómics y novelas editadas por Novaro, editorial que atendía los gustos
de un público joven con títulos como
Archi, Fantomas, La Pequeña Lulú, entre otros que le sirvieron para iniciar
en el mundo de los textos.
“Me tocó la primaria en Mérida. Desde primero de primaria
había libros de lectura de historia de Yucatán, ahí empezó mi afición
por la literatura; en la preparatoria recibí clases de historia de
Yucatán de los mismos autores de
los libros; recibí clases de Antonio Canto López, autor de Apuntaciones de Mesoamérica e Historia
de México con su hermano Pepe
Canto López”, describe.
El coleccionista también tiene
en su poder ediciones especiales de
colecciones enteras como la de Historia de México, con 19 tomos que
datan de 1879, o la Enciclopedia del
Mundo, de 1903.
Muestra también una colección
de sermones en maya de 1846, el
diccionario en maya -o diccionario de Motul- de Fray Antonio
de Ciudad Real, del siglo XVI,
así como la doctrina cristiana del
mismo autor, de 1847.
Juan Xacur no conoce el número exacto de libros que forman su colección, que combina con la filatelia, otra de sus pasiones.
En 1989, don Juan Xacur abrió
dos de las únicas librerías que
prevalecieron en Chetumal.
Foto: Joana Maldonado
Al llegar a Quintana Roo, cuando se
transitaba de territorio federal a estado, Juan Xacur notó que existía una
ausencia de libros sobre la historia de
la entidad y que prevalecían textos
como La breve historia de Quintana
Roo, de Carlos Hoy, y la Historia de
Quintana Roo de Juan Álvarez Coral.
En ese contexto, al crearse el
Fondo de Fomento Editorial, en
enero de 1977, Juan Xacur es nombrado el primer presidente y se comienzan a editar libros de historia
del estado. Dicho fondo se fusiona
años después con el entonces Instituto Quintanarroense de la Cultura
(IQC), el cual absorbe funciones de
distintas áreas.
De este Fondo de Fomento Editorial surgieron los primeros libros
de historia, cuya importancia queda
retratada en el mural Forma, color
e historia de Quintana Roo, pintado
por Elio Carmichael en el lobby del
Congreso del Estado, y en donde
aparece en un primer plano Juan
Xacur junto con Lorena Careaga en
un escritorio que plasma el logotipo
de dicho fondo.
“Cuando Elio pinta el mural se
basa en los libros que habíamos hecho en el Fondo de Fomento Editorial y quiso dejar en la posteridad el
logotipo del fondo y ahí estoy, junto
con la doctora Lorena, quienes hicimos los primeros libros de Quintana
Roo (...) fue un momento histórico
del estado, teníamos al primer gobernador, la primera legislatura, las
primeras ediciones”, apuntó.
Los libros del fondo no fueron reditados por el IQC; sin embargo, sirvieron de base para que en 1998 se
editara la Enciclopedia de Quintana
Roo, cuyo fin era dotar de identidad
e historia al estado.
“Las librerías, ante todo, son un negocio como cualquier otro, tuve hasta
hace tres años tres librerías y ahorita
sólo hay una y no es por esta crisis,
sino por la crisis tradicional de lectores que hemos sufrido”, explicó Juan
Xacur, quien en 1989 abrió dos de las
únicas librerías que prevalecieron en
Chetumal, una de ellas ubicada en la
avenida de Los Héroes, que aún permanece abierta, mientras que la que
estaba localizada en la avenida San
Salvador cerró hace tres años.
Antes de 1989, en la capital del estado ya existían dos negocios que comerciaban libros y a la fecha se cuenta
con tres: la librería de la avenida de Los
Héroes, de Juan Xacur; la Educal, en el
interior del Museo de la Cultura Maya,
y Diamante, que vende libros cristianos.
No sólo es la falta de lectores lo que
ha desalentado el negocio de los libros
en Chetumal; uno de los factores más
importantes, acotó Juan Xacur, fue el
cambio en las políticas del estado.
Para las librerías la temporada de inicio de ciclo escolar representaba la de
mayores ventas y durante todo el año
la demanda de otro tipo de literatura
“sostenía” los negocios.
“Hubo muchos años en que en
la librería Fonagora teníamos cola larguísima en los meses de agosto
y septiembre para la compra de
los libros de texto”, recordó, pero
desde que comenzaron a entregarse libros de texto gratuitos para
estudiantes de secundaria y la educación superior y media superior
“ha convertido a los estudiantes de
fotocopias e internet”, hubo detrimento del negocio librero.
El negocio familiar se reforzaba
además con los libros que se producían en Quintana Roo, como la Enciclopedia de Quintana Roo, así como
la historia de Chetumal, el álbum
monográfico, un libro de cocina
regional escrito por su esposa, y
La verdadera historieta en Quintana Roo
, que elaboró junto con el caricaturista Nicolás Lizama Colinas.