Los ilustradores de los Libros de Texto Gratuitos de los 80’s

ÓSCAR MUÑOZ

Tuve la oportunidad de colaborar en el diseño curricular de los programas nacionales de educación primaria y el diseño didáctico de los ejercicios del libro de Español, en particular de tercer grado. En aquellos años, el titular de la SEP era Fernando Solana, ex rector de la UAM, quien impulsó la renovación de los programas de la educación básica y de los libros de texto gratuitos de educación primaria.
En este contexto, los colaboradores de las distintas áreas de aprendizaje constituimos un órgano colegiado que determinó el currículum educativo y los contenidos para cada programa por asignatura y grado. Una vez que fueron aprobados los objetivos y los contenidos de cada programa educativo, en particular los de los primeros grados de primaria, hubo que emprender el diseño didáctico de los libros de texto gratuito para dichos grados.
En esa época prevaleció el enfoque pedagógico de la integración como sistema de organización de los objetivos y contenidos educativos, bajo la consideración de diversos factores de la psicología del aprendizaje. Bajo esta perspectiva, los programas y los libros de texto gratuitos tuvieron que resultar, si no precisamente integrados, por lo menos bajo el enfoque de la interdisciplinariedad de contenidos.
Una vez que eran determinados las bases pedagógicas y los enfoques didácticos más convenientes, intervenía el diseño gráfico y las ilustraciones de las páginas. Fue fundamental que quienes tuvieran la responsabilidad de diseñar cada libro tuvieran la experiencia de, por lo menos, ilustrar para la población infantil. Fue muy acertado y oportuno que fueran invitados a esta empresa gráfica a diseñadores e ilustradores que habían colaborado en la enciclopedia infantil Colibrí, que había alcanzado un éxito editorial como revista por fascículos en todo México.

Ilustración Sergiopv

No cabe duda que será imposible convocar, así como así, a artistas visuales para diseñar e ilustrar los libros de texto gratuito que serían renovados, y que el trabajo gráfico esté determinado al azar, sin bases pedagógicas precisas, sin enfoques didácticos convenientes para la edad psicológica de los alumnos de cada grado, sin coordinación de ninguna especie, sólo así nada más, porque a un ex director de bibliotecas se le ha ocurrido que es la mejor forma. Vaya con la involución de los libros de la SEP. Más que lamentable. Ilustradores ilustres A partir de la convocatoria publicada por la SEP para rediseñar e ilustrar los Libros de Texto Gratuitos de educación primaria, reclamos y protestas de la comunidad artística fueron desbordados por lo ofrecido a cambio de la colaboración: nada. Sólo una constancia por sus obras con valor curricular y la oportunidad de dar a conocer su trabajo. No hubo ningún ofrecimiento económico como antes. En voz del director de materiales y métodos educativos de la SEP, Max Arriaga, fueron convocados los diseñadores e ilustradores para esta labor, aunque sin considerar que no es tan simple como agregar diseño e imágenes a los textos.
Esta labor creativa exige integrar en una misma página contenidos, objetivos, enfoque pedagógico, tácticas didácticas, texto informativo, ejercicios y, obviamente, diseño gráfico e ilustraciones, y todo ello bajo la coordinación de un responsable que no se le escape ningún aspecto. No son, como dirían muchos, “enchiladas”. Así que es posible imaginar que los artistas visuales que respondan a la convocatoria trabajen sin el contexto pedagógico y escolar correspondiente, lo que podría echar por tierra todos los “buenos deseos” de la SEP por obtener nuevos libros de texto.

Además de la convocatoria a diseñadores e ilustradores a cambio de nada, la SEP operó una selección de casi 2,500 docentes para capacitarlos como autores de los libros de texto que la secretaría pretende renovar, rediseñar e ilustrar. La SEP espera que estos profesores elaboren los textos y ejercicios de los 18 nuevos libros de educación primaria. Ah, y todo ello en muy poco tiempo para que los nuevos materiales entren en vigor a partir del próximo agosto, que es el tiempo en que iniciaría el nuevo ciclo escolar. Realmente escalofriante.
Si se ve un poco hacia atrás, en los años ochenta, respecto de los diseñadores e ilustradores de los Libros de Texto Gratuitos, cualquiera encontraría un sentido estrictamente pedagógico y didáctico en las páginas de estos materiales nacionales, desde los textos hasta las imágenes. Muchos de los ilustres ilustradores de estos libros ya tenían una trayectoria como artistas gráficos y plásticos. Algunos, como el yucateco Carlos Dzib, que incluía en su currículo algunos premios y reconocimientos internacionales, o Sergio Arau, cartonista de los diarios Unomásuno y La Jornada y las revistas Siempre y La Garrapata, además de rodar la película Un día sin mexicanos y formar parte de la banda de rock Botellita de Jerez.
Otros ilustres ilustradores, además de incursionar en los diarios y revistas como cartonistas, tenían experiencia y reconocimiento como caricaturistas e ilustradores de libros y revistas infantiles como Chispas, Colibrí y El Brinco.
Tales fueron los casos de Felipe Dávalos, Mariana Yampolsky, Odile Herrenschmidt, Arnaldo Coen y Francisco Toledo, entre otros. Algunos otros, no cartonistas, pero sí artistas visuales y diseñadores de prestigio que colaboraron en estos libros, fueron Alberto Castro Leñero, Gabriel Orozco, Bruno González, por ejemplo.
No cabe duda el gran desconcierto que la SEP ha causado, no sólo entre los diseñadores gráficos e ilustradores convocados a cambio de nada, sino también entre los especialistas en educación: filósofos y sociólogos de la educación, pedagogos maestros y doctores en ciencias de la educación...
Ante esta circunstancia, las últimas decisiones de la secretaría han puesto a temblar a muchos tan sólo al imaginar los desastrosos resultados de esta “renovación” de los libros de texto para millones de niños de México. Nadie se lo merece.

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