Tuve la oportunidad de colaborar en el diseño curricular
de los programas nacionales
de educación primaria y el
diseño didáctico de los ejercicios del
libro de Español, en particular de tercer
grado. En aquellos años, el titular de la
SEP era Fernando Solana, ex rector de
la UAM, quien impulsó la renovación
de los programas de la educación básica y de los libros de texto gratuitos de
educación primaria.
En este contexto, los colaboradores
de las distintas áreas de aprendizaje
constituimos un órgano colegiado que
determinó el currículum educativo y
los contenidos para cada programa por
asignatura y grado. Una vez que fueron
aprobados los objetivos y los contenidos de cada programa educativo, en
particular los de los primeros grados
de primaria, hubo que emprender el
diseño didáctico de los libros de texto
gratuito para dichos grados.
En esa época prevaleció el enfoque
pedagógico de la integración como sistema de organización de los objetivos
y contenidos educativos, bajo la consideración de diversos factores de la
psicología del aprendizaje. Bajo esta
perspectiva, los programas y los libros
de texto gratuitos tuvieron que resultar, si no precisamente integrados, por
lo menos bajo el enfoque de la interdisciplinariedad de contenidos.
Una vez que eran determinados las
bases pedagógicas y los enfoques didácticos más convenientes, intervenía
el diseño gráfico y las ilustraciones
de las páginas. Fue fundamental que
quienes tuvieran la responsabilidad de
diseñar cada libro tuvieran la experiencia de, por lo menos, ilustrar para
la población infantil. Fue muy acertado y oportuno que fueran invitados
a esta empresa gráfica a diseñadores e
ilustradores que habían colaborado en
la enciclopedia infantil Colibrí, que había alcanzado un éxito editorial como
revista por fascículos en todo México.
No cabe duda que será imposible
convocar, así como así, a artistas visuales para diseñar e ilustrar los libros de
texto gratuito que serían renovados, y
que el trabajo gráfico esté determinado
al azar, sin bases pedagógicas precisas,
sin enfoques didácticos convenientes
para la edad psicológica de los alumnos de cada grado, sin coordinación
de ninguna especie, sólo así nada más,
porque a un ex director de bibliotecas
se le ha ocurrido que es la mejor forma.
Vaya con la involución de los libros de
la SEP. Más que lamentable.
Ilustradores ilustres
A partir de la convocatoria publicada
por la SEP para rediseñar e ilustrar los
Libros de Texto Gratuitos de educación
primaria, reclamos y protestas de la comunidad artística fueron desbordados
por lo ofrecido a cambio de la colaboración: nada. Sólo una constancia por
sus obras con valor curricular y la oportunidad de dar a conocer su trabajo. No
hubo ningún ofrecimiento económico
como antes. En voz del director de
materiales y métodos educativos de la
SEP, Max Arriaga, fueron convocados
los diseñadores e ilustradores para esta
labor, aunque sin considerar que no
es tan simple como agregar diseño e
imágenes a los textos.
Esta labor creativa exige integrar
en una misma página contenidos, objetivos, enfoque pedagógico, tácticas
didácticas, texto informativo, ejercicios y, obviamente, diseño gráfico e
ilustraciones, y todo ello bajo la coordinación de un responsable que no se le
escape ningún aspecto. No son, como
dirían muchos, “enchiladas”. Así que
es posible imaginar que los artistas visuales que respondan a la convocatoria
trabajen sin el contexto pedagógico y
escolar correspondiente, lo que podría echar por tierra todos los “buenos
deseos” de la SEP por obtener nuevos
libros de texto.
Además de la convocatoria a diseñadores e ilustradores a cambio de
nada, la SEP operó una selección de
casi 2,500 docentes para capacitarlos
como autores de los libros de texto
que la secretaría pretende renovar, rediseñar e ilustrar. La SEP espera que
estos profesores elaboren los textos
y ejercicios de los 18 nuevos libros de
educación primaria. Ah, y todo ello en
muy poco tiempo para que los nuevos
materiales entren en vigor a partir del
próximo agosto, que es el tiempo en
que iniciaría el nuevo ciclo escolar.
Realmente escalofriante.
Si se ve un poco hacia atrás, en
los años ochenta, respecto de los diseñadores e ilustradores de los Libros
de Texto Gratuitos, cualquiera encontraría un sentido estrictamente pedagógico y didáctico en las páginas
de estos materiales nacionales, desde
los textos hasta las imágenes. Muchos
de los ilustres ilustradores de estos
libros ya tenían una trayectoria como
artistas gráficos y plásticos. Algunos,
como el yucateco Carlos Dzib, que incluía en su currículo algunos premios
y reconocimientos internacionales, o
Sergio Arau, cartonista de los diarios
Unomásuno y La Jornada y las revistas
Siempre y La Garrapata, además de
rodar la película Un día sin mexicanos y
formar parte de la banda de rock Botellita de Jerez.
Otros ilustres ilustradores, además
de incursionar en los diarios y revistas
como cartonistas, tenían experiencia y
reconocimiento como caricaturistas e
ilustradores de libros y revistas infantiles como Chispas, Colibrí y El Brinco.
Tales fueron los casos de Felipe Dávalos, Mariana Yampolsky, Odile Herrenschmidt, Arnaldo Coen y Francisco
Toledo, entre otros. Algunos otros, no
cartonistas, pero sí artistas visuales y
diseñadores de prestigio que colaboraron en estos libros, fueron Alberto
Castro Leñero, Gabriel Orozco, Bruno
González, por ejemplo.
No cabe duda el gran desconcierto
que la SEP ha causado, no sólo entre los diseñadores gráficos e ilustradores convocados a cambio de nada,
sino también entre los especialistas
en educación: filósofos y sociólogos
de la educación, pedagogos maestros y
doctores en ciencias de la educación...
Ante esta circunstancia, las últimas decisiones de la secretaría han puesto a
temblar a muchos tan sólo al imaginar
los desastrosos resultados de esta “renovación” de los libros de texto para
millones de niños de México. Nadie se
lo merece.