La lectura es un hábito que se enseña
desde casa y desde los primeros años
de vida, es algo que a los más pequeños del hogar les atrae por naturaleza,
pero que si no se fomenta, se pierde,
destaca María Estela Cordero Becerra,
coordinadora de Bibliotecas Públicas
en el municipio Benito Juárez.
Cada 23 de abril se celebra el Día
Internacional del Libro, fecha ideal
para fomentar la lectura, algo que es
indispensable en la actualidad, porque de acuerdo al último reporte del
Inegi, los mexicanos leen 3.4 libros al
año, una cifra muy baja.
“Muchas veces el niño si quiere
leer, pero los papás son los flojos, o
somos, los niños piden leer cuentos y
los papás no tienen cuentos. Por eso
nos enfocamos mucho en los preescolares, para fomentar el hábito...
desgraciadamente la tecnología nos
ha ido rebasando, trae cosas buenas,
pero se debe supervisar y retomar
actividades como la lectura, con 10
a 30 minutos diarios”, recomienda
Cordero Becerra.
Los niños, insistió, están muy
interesados en la lectura, piden
libros, preguntan por historias,
quieren que les cuenten cuentos y
de allí se comienza a fomentar ese
interés, pero si no se les dedica el
tiempo es muy fácil que se pierda
el interés por la lectura.
En Cancún existen cinco bibliotecas públicas, cuatro bajo la administración municipal y una bajo
cuidado del estado, misma que se
encuentra dentro de la Casa de la
Cultura y antes de la pandemia
tenían un importante número de
visitas, lo que comprueba que el
interés existe, pero en el camino a
veces se pierde.
María Estela Cordero aseguró que
a lo largo de 32 años de trabajo en
bibliotecas ha comprobado que los
niños de prescolar son siempre los
más intrigados al llegar a una biblioteca, los más curiosos e interesados
en abrir un libro y es algo que se
debe fortalecer en casa.
En Cancún se recibían diariamente
hasta 900 personas en las bibliotecas, entre niños y jóvenes que
acudían como parte de las visitas guiadas hasta quienes acudían por
interés personal.
Desafortunadamente hay proyectos buenos que se han quedado
en el camino, como el de playatecas, que consistía en prestar libros
a los bañistas y se devolvían al final de la estancia en la playa, pero
sólo los turistas extranjeros lo utilizaban y terminó por desaparecer.
Actualmente una iniciativa independiente que ha tomado fuerza es la
del intercambio de libros que se realiza
en el planetario Ka ́Yok y a la que cada
vez se suman más jóvenes, una forma
de leer nuevos textos y permitir que
alguien lea los que uno ya no usará.
En las cinco bibliotecas públicas se han encontrado estrategias
para fomentar la lectura, con círculos o clubs de lectura, teatro
guiñol, obras de teatro y las visitas, estas últimas principalmente
para preescolar y primaria.
En los últimos dos años se implementó el fomento a la lectura directo
en las escuelas, lo que les ha permitido llegar a más niños y jóvenes, a
quienes se les invita a conocer las
bibliotecas.
Durante la pandemia los programas que se han fortalecido son:
la hora del cuento y lectura del libro los viernes, todo de forma virtual, lo que permite llegar a muchos más niños, jóvenes y adultos.
Mientras que en la biblioteca de
la Casa de la Cultura, por ejemplo,
antes de la pandemia se celebraba
dos veces por semana el club de
lectura para adultos, con mayor
participación de adultos mayores,
lo que les permite además tener
un espacio de esparcimiento.
Las bibliotecas municipales
son: la 27 de Febrero, ubicada en
Alfredo V. Bonfil; en la región 95
está la Rosendo Leal Sanchez; en
la 96, la biblioteca Dr. Erick Paolo
Martínez y en la Supermanzana
1 la Dr. Enrique Barocio Barrios,
todas abiertas al público de 9 de
la mañana a 4 de la tarde en la
actualidad y en las que se pueden
prestar libros de forma gratuita
con un registro previo.