“El editor de un libro debe
tener muy claro el proyecto
a desarrollar, es el director de
orquesta” sentenció Alejandro Tovalín, para quien un
buen editor es alguien que
cree en un proyecto y lo lleva
a cabo contra viento y marea.
“Por ejemplo, te puedo
platicar del libro de Fotografía Artística Guerra, el
cual coedité con José Antonio Rodríguez y desde
sus orígenes, el objetivo
fundamental era el rescate
a través de la publicación
del archivo de los Guerra”,
añadió.
Para esta obra, el editor,
quien actualmente desempeña tal cargo en la Universidad Veracruzana (UV) expuso
que hicieron un planteamiento histórico que desmenuza la riqueza del archivo,
para lo que enlistaron una serie de temas a tratar.
El editor primero debe
crear el proyecto, dijo,
ver si es necesario hacer
un libro sobre algún tema
que aporte, lo que es fundamental en cualquier
publicación. Tiene la importante labor de dar seguimiento de cada uno de
los procesos que implica
hacer un libro.
“Primero es el tema de la
publicación, después cómo se
va a hacer y con quién; y una
vez armado el proyecto, los
textos, la investigación, las
imágenes, viene la otra parte
que es maravillosa, la del diseño”, añadió Tovalín.
“Decidir el formato del
libro, tipografía, tamaño de
caja, papeles, tipo de encuadernado. A grandes rasgos, la
labor del editor consiste en
ser el director de la orquesta”.
En su experiencia haciendo libros sobre el rescate
de la historia de México a
través de archivos fotográficos de estados como Veracruz, Yucatán y Monterrey,
Alejandro Tovalín señaló que
la obtención de los recursos
es otro de los aspectos importantes en su trabajo.
“Uno puede tener ideas
maravillosas, pero materializarlas es otro punto muy importante en la labor de un editor, por lo que es vital poder
hacer llegar los recursos para
poder emprender proyectos, y
más en estos días”, mencionó.
“La magia está en creer
en los proyectos que creemos que son aportes y el
gran reto para esto es hacerlos realidad. Ojalá estos proyectos den pie a nuevas investigaciones, nuevas miradas, acercamientos y nuevas
formas de ver los archivos
históricos, sobre todo para
los nuevos públicos”.
Para Alberto Tovalín, la labor del editor no ha cambiado mucho en los últimos años; lo que ha cambiado, aclaró, son las temáticas de los libros y sus soportes, por ejemplo, la emergencia del libro digital. “Se mencionaba que vendría a enterrar al libro impreso, pero nos hemos dado cuenta que esto no es real.
Las grandes editoriales siguen imprimiendo
la mayoría de sus novedades en papel. Mientras el
ser humano exista, el libro,
como objeto, va a seguir
siendo importante”.
En ese sentido, Tovalín aseguró que una buena
edición es una invitación
a la lectura. Recordó que
en los años 80 cualquier
libro de arte tenía que
ser impreso en papel cuché, por ejemplo, ahora la
mayoría de sus proyectos
vuelven a otros tipos de
papel, como el bond.
Los llamados papeles no
cubiertos, explicó, dan una
calidad de impresión maravillosa, siempre y cuando se
tenga un trabajo previo porque se trata de un conjunto de
procesos.
Señaló que, en el caso
de los libros de arte, los
editores están optando últimamente por formatos
pequeños, ya no es el libro
grande de papel cuché, sino
pequeños con una selección de papeles más matéricos. “Estamos apostando
por cambiar este concepto”.
“También al lector le hacen más amable la lectura
y lo convierten en un objeto más íntimo que pueden apreciar en cualquier
lugar, lo pueden llevar en
la mano. Esto ha cambiado
y ahí radica la importancia
también de la visión del
editor”, acotó.
Este miércoles 28 de abril,
en el marco de la Feria Internacional de la Lectura de
Yucatán (Filey) se presentará
el libro Librado García Smarth:
La vanguardia fotográfica en
Jalisco de Alberto Tovalín y
José Antonio Rodríguez. La
cita es a las 18 horas en la sala
virtual Dolores Bolio.