Playa del Carmen
La hamaca está hecha para darle a su dueño descanso y relajación de una manera fresca y confortable y para recibir sus beneficios a plenitud hay que cuidarla debidamente. Primero hay que conocerla: se compone del ojo (óvalo de donde se cuelga), brazo y cuerpo. Este último puede superar los cuatro metros.
Un aspecto importante es que una hamaca nueva se estira un poco con el uso, lo que debe tomarse en cuenta al colgarla. Se recomienda utilizar nudos seguros, pueden ser dobles o sencillos.
Para proteger los brazos de la hamaca no debe colgarse directamente de los ganchos metálicos (eses); es preferible utilizar sogas de algodón o nylon suave, así como revisar regularmente la seguridad de los amarres.
Si cuelga su hamaca de postes o árboles, primero amarre la soga a la hamaca y luego amarre la soga al poste. Refuerce el nudo si el poste o árbol está muy liso para evitar que se deslice.
La distancia mínima recomendada para colgar la hamaca es de 3.5 metros. Los dos brazos deben quedar a la misma altura, la que debe ser aproximadamente de 1.8 metros. La altura también se puede determinar sentándose en la hamaca con los pies bien puestos en el piso; las rodillas deben quedar ligeramente dobladas.
Procure que su hamaca no quede demasiado cerca del piso o muy alta, ya que esto dificultará su salida de ésta. Tampoco debe quedar muy tensa, ya que esto dificultará el movimiento.
Para lavar la hamaca se recomienda estirarla completamente y amarrar un lazo alrededor de cada brazo y a lo largo de toda la hamaca aproximadamente cada 10 centímetros, esto evitará que se enrede o que los hilos se jalen.
Lo ideal es lavarla a mano en agua fría con detergente suave y enjuagarla completamente estirada; debe asegurarse de que esté bien seca antes de guardarla. No se recomienda usar lavadora, pero si así lo hace debe meterla en una bolsa permeable o en una funda de almohada después de amarrarla con el lazo.
Para guardarla primero asegúrese de que esté bien seca. Pueden sujetarla entre dos personas por los extremos, torciéndola en sentido contrario cada quien; una vez torcida se juntan los dos extremos y la hamaca se enrollará sola.
Se puede colgar por los ojos en un gancho o amarrarla en varios puntos y guardarla así. También se puede doblar primero estirándola sobre el piso, doblando las puntas hacia el centro, repitiendo esta operación hasta tenerla del tamaño deseado y así amarrarla.
Algunos de los consejos para mantener la hamaca en óptimas condiciones son: no subirse a ella con hebillas, botones expuestos, zapatos, relojes, aretes, bolígrafos, lapiceros, broches para el cabello, anillos o medallas, ya que éstos se pueden enganchar y jalar los hilos.
Si algún hilo se llegara a romper, este no se correrá inmediatamente; sin embargo, se deben de anudar los dos extremos lo más pronto posible para evitar que se haga un hoyo.
Para evitar la decoloración y desgaste acelerado de su hamaca procure no dejarla mucho tiempo en el sol o expuesta a la intemperie si no está en uso. No la moje con agua salada, en cuyo caso se recomienda enjuagarla y secarla al aire.