AUSENCIA DE COORDINACIÓN EN AUTORIDADES

culturales en Yucatán

UN REPORTAJE DE KATIA REJÓN

Gasto

¿En qué se gasta el presupuesto destinado a la cultura?

Presupuesto

956 millones de pesos para el rubro, en 2017

Política pública

Falta política pública y planeación coordinada

DINERO PARA LA CULTURA EN YUCATÁN

REPORTAJE DE KATIA REJÓN

“La cultura no nos importa” fue la advertencia de Jaime Serra Puche en 1993 a los canadienses, durante las negociaciones del Tratado de Libre Comercio.

Aunque se le atribuye a él la frase, en realidad sólo dijo en voz alta lo que reflejan los planes de gobierno y recortes presupuestales en México. Algo muy parecido sucedió en noviembre pasado cuando Javier Lozano Gracia renunció a la Coordinación de Cultura del Partido Acción Nacional (PAN) porque nunca era convocado a las reuniones del Comité Ejecutivo Nacional y los temas culturales eran “irrelevantes en la agenda del partido”.
La cultura no nos importa porque todavía no queda claro qué es o para qué sirve en un país como el nuestro donde los niveles de pobreza, ignorancia y educación son tan alarmantes. El concepto es amplio, complejo y diverso en definiciones, pero todas ellas tienen que ver con la interacción de una sociedad, la conservación de lo creado, la reflexión y la construcción actual del pensamiento para un mundo futuro.
Según Gabriel Michel Cuen, en el libro Cultura, tiempo y complejidad (Conaculta, 2010) la palabra cultura es una experiencia de relaciones y posibilidades de la comunidad social como un gran conjunto articulado que nos conduce a identificarnos, a diseñar el destino a través de la reflexión.

En lo práctico se habla de la cultura como si fuera un adorno puesto en un país lleno de violencia, y no como el medio que serviría para repensarnos, lo que nos identifica como seres sociales y condiciona lo que somos. Tomar en serio a la cultura es un reto que tienen los próximos candidatos a la Presidencia, a la Cámara de Diputados, a los esta- dos y municipios, porque detrás de ellos viene un gremio cansado de los recortes presupuestales y la falta de organización de las instituciones de cultura.

El sexenio federal que se va redujo el gasto en cultura un 32.1 por ciento. Al inicio de la administración de Enrique Peña Nieto -un presidente que no pudo contestar el título de tres libros leídos-, el gasto en cultura representaba el .53 por ciento del gasto total, y en éste, su último año, representa sólo el .32 por ciento.

En el artículo La cultura: vocación de libertad, publicado recientemente en la revista Letras Libres, la crítica literaria Laura Emilia Pacheco escribe: “Varias veces fui testigo de cómo trabaja la Comisión de Cultura en la Cámara de Diputados. El panorama es desolador. La ignorancia de nuestros legisladores sobre la cultura en general y la mexicana en particular es alarmante. Fuera de Frida y Diego, nada”.
Las propuestas de los candidatos a la Presidencia de la República en este tema brillan por su ausencia.

En Yucatán la situación no es muy diferente. Mientras los candidatos se pasean hablando sus atributos y maravillosas tradiciones del estado, del atractivo turístico, y de la importancia de la cultura y el arte para el desarrollo humano, la política cultural municipal está pausada, y la del gobierno del estado es nula. Se invierten millones en infraestructura y no necesariamente vienen acompañadas de un trabajo de gestión en su contenido, como sucede con el Palacio de la Música y el Centro Cultural del Sur. Mauricio Vila Dosal, candidato panista a la gubernatura, está “convencido de que el arte y la cultura son las mejores armas para combatir la desigualdad”, y Mauricio Sahuí Rivero le ha seguido el paso diciendo que “las actividades culturales fortalecen el tejido social y permiten que el estado se consolide como un centro cultural que trasciende fronteras”. En pocos días veremos si la trascendencia que admiten hará que el rubro se mantenga en el discurso para consolidarse en propuestas, o mejor aún, en recursos públicos.
Durante seis meses La Jornada Maya se dedicó a entrevistar a los protagonistas del sector artístico independiente, público y privado, a funcionarios, empresarios, gestores, académicos, candidatos, profesores y expertos en política pública para realizar un balance del estado de la cultura en un lugar que presume de ella y al mismo tiempo la relega.
A estas entrevistas se le suma un trabajo de investigación con documentos públicos y solicitados vía Transparencia. El diagnóstico incluye a la Secretaría de Cultura y las Artes (Sedeculta), la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, la Coordinación de Cultura de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), el Instituto de Historia y Museos de Yucatán (IHMY), y espacios culturales privados, así como los festivales de mayor convocatoria.
En términos generales, podemos decir que la formación de audiencias se limita a eventos masivos, disfrazados de gratuidad, donde se gasta gran parte del presupuesto. No hay planeación a mediano y largo plazo, ni difusión o medios especializados; los artistas no perciben apoyo suficiente ni del público, ni del gobierno, ni de los empresarios. A pesar de la cantidad de dinero que se invierte en este ámbito, ni el público ni la comunidad artística saben en qué se gasta.

LA REALIDAD DE LA PRODUCCIÓN ARTÍSTICA REBASA POLÍTICAS CULTURALES

POCAS VECES LAS INSTITUCIONES CULTURALES SE COORDINAN ENTRE ELLAS

Yucatán tuvo al menos 954 millones 439 mil 180 pesos para invertir en cultura durante el 2017. Esta cantidad es administrada por diversas instituciones que atienden al sector de formas específicas, desde el fomento al turismo, conservación del patrimonio prehispánico y arquitectónico hasta la formación profesional y académica de artistas.

954 millones de pesos

Yucatán tuvo para invertir en cultura durante el 2017.

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A pesar de compartir una zona geográfica e intereses en común, pocas veces las instituciones de cultura se coordinan entre ellas. Gastan el presupuesto de manera fragmentaria y, como se verá más adelante, a veces improvisada.
Roger Metri Duarte, titular de la Sedeculta, dijo en entrevista que son empresarios externos quienes casi siempre realizan la contraloría de los programas, sobre todo aquellos que implican infraestructura para rescatar teatros, la Biblioteca Central, algunos centros culturales y más recientemente para el Palacio de la Música.
“Siempre hacemos las cosas para que ellos que saben de recursos y cómo se debe gastar el dinero, nos ayuden”, afirmó. Sobre la vinculación con gestores para la creación de contenidos, el secretario mencionó programas abiertos mediante convocatoria como el Programa de Estímulo a la Creación Artística (Pecda), el Programa de Apoyo a Culturas Municipales y Comunitarias de Yucatán (Pacmyc), así como los festivales que realiza la dependencia.
El director de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) y del Centro Cultural Dante, Rodolfo Cobos Argüelles opinó que las organizaciones actúan de manera unilateral.

“En sus programaciones los independientes no son tomados en cuenta. No hay una coordinación entre ellos o un plan de trabajo conjunto. El secretario de Cultura hace lo que quiere, el director de Cultura hace lo que quiere”,
Rodolfo Cobos Argüelles

Sin embargo, algunos proyectos son transversales. El nombramiento de Mérida Capital Americana de la Cultura, a decir de, Roger Metri Duarte, “fue un proyecto que involucró a diferentes dependencias que se coordinan directamente con la oficina”. Añadió que también participan en el evento de la Alianza Francesa, la Fête de la Musique.
Con todo, “cada institución decide el aspecto de la cultura en la cual va a incidir, porque no es sólo el arte, también están las culturas populares, la industria, el fomento a la lectura, o la educación artística como es nuestro caso”, afirmó, en entrevista, Enrique Martín Briceño, director de la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY).
En los últimos 10 años la capital del estado ha dado pasos agigantados en la diversificación de las propuestas artísticas, y en la apertura y el cierre de espacios autogestivos que no pudieron solventar los gastos de forma independiente como el caso de la Casa de Cultura Elena Poniatowska La 68, Cairo Cinema Café, Teatro Fantasio, y otros que a duras penas aún lo intentan.
Los entrevistados destacaron que los funcionarios de cultura realizan programas y proyectos artísticos desde su escritorio sin conocer la realidad de los artistas o del público.
Programan a los mismos artistas de hace 10 años, improvisan los espectáculos con gastos exorbitantes, la burocracia se come más de la mitad del

presupuesto y se cumple la sentencia de Gabriel Zaid en el libro Dinero para la cultura:

“En el arte, el financiamiento público tiene peligros para la libertad, además de los inconvenientes comunes en el gasto público: se desperdicia más fácilmente, se mediatiza políticamente, se presta a la corrupción”.
Gabriel Zaid

En Yucatán no existe una cartelera que unifique los eventos de las instituciones y los centros culturales independientes. Tampoco hay medios especializados más allá de contados suplementos y la página de Cultura o Espectáculos en los periódicos.
Las autoridades reconocen a la cultura como el único motor de cambio verdadero para el desarrollo social y humano, sin que esto se traduzca en programas con un enfoque social y participativo. ¿Cuántos programas, proyectos, eventos se realizan para el tejido social y no para el entretenimiento? ¿Cuánto se gasta en cada uno de ellos? ¿Se prioriza a aquellos que son a largo plazo?
“Se dice que los eventos culturales comerciales son los más importantes. El gobierno ha utilizado la cultura como bandera política y al usarla así, nadie se beneficia. No estoy de acuerdo que se regale la cultura. Pero sí cortesías bien dirigidas o eventos en lugares donde hacen falta”, agregó Cobos Argüelles.
La conclusión de los expertos es que la política cultural de Yucatán está estancada. Hubo un intento entusiasta en la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Mérida del que surgieron la Carta de Derechos Culturales y la Agenda 21, pero estos esfuerzos se pausaron después de la salida del ex director de cultura Irving Berlín Villafaña.
La gratuidad en la programación de los centros culturales, teatros y ciertos espectáculos afectan directamente a los espacios independientes y al trabajo de los artistas.
“¿Qué otra cosa te regala el gobierno además de la cultura? Nada. Entonces, por qué debe ser gratuita?”, opinó Ana Ceballos, gestora y coordinadora del único Diplomado en Gestión Cultural en el sureste.
No hay un compromiso por parte de la ciudadanía ni una participación activa en los eventos, aunado a la falta de interés de las instancias gubernamentales en formar audiencias críticas que valoren el trabajo del artista. Por otro lado, no siempre hay calidad en las propuestas y esto genera desconfianza, no sólo del público sino de la iniciativa privada que pocas veces acepta involucrarse en la cultura.
Se invierten cantidades excesivas en infraestructura que no se acompañan de un trabajo de gestión en su contenido. Se construyó el Centro Cultural del Sur con 44 millones 342 mil 700 pesos y el Palacio de la Música, con 192 millones 211 mil 503 pesos. La cultura en Yucatán produce “muchas frustraciones, pocos beneficios sociales y un despilfarro de talentos y recursos”, afirmó Ceballos.

PRÓXIMAS INVERSIONES ESTATALES EN MATERIA DE CULTURA

En su último informe de gobierno, Rolando Zapata Bello anunció que en lo que queda de su administración se reeditará la Enciclopedia Yucatanense, con la participación de 37 investigadores, escritores, cronistas y periodistas; el rescate de La Plancha para convertirlo en un espacio urbano de áreas verdes e infraestructura cultural; y un “distrito cultural” en el Centro Histórico con la intervención del Callejón del Congreso para integrar el Edificio Central de la UADY, el teatro José Peón Contreras y el Palacio de la Música.
Esto último forma parte del compromiso 37 de los 227 que realizó el gobernador al principio de su gestión e incluye el diseño del programa de dinamización cultural y artística en el Centro Histórico de Mérida, la construcción del Palacio de la Música, inversión cultural en el Centro Histórico y actividades artísticas y culturales en el mismo. Cabe recordar que el Palacio de la Música estaba programado para inaugurarse a finales de mayo.

La Auditoría Superior de la Federación de la cuenta pública de 2016 dio a conocer que el proyecto original tenía un costo de 100 millones 854 mil 724 pesos y después de unas modificaciones, el costo ascendió a 192 millones 211 mil 503 pesos del erario público.
La ESAY ya comenzó las labores de rescate de los andenes y bodegas de la antigua estación de ferrocarriles de Mérida que serán parte del complejo universitario. Esta construcción forma parte de las nueve acciones que presentó Rolando Zapata Bello en su quinto informe de gestión. Se invirtieron 50.8 millones de pesos para construir dos amplios jardines y tres zonas que corresponden al área de danza y artes escénicas, escuela de música, y una tercera para talleres de escultura y montaje de exposiciones.
Por el valor histórico y arquitectónico que tiene el edificio de la ESAY, éste se conservará para sumarse a las 2.2 hectáreas, y más de 13 mil metros cuadrados de espacio exterior.

EL PULSO DE LA REALIDAD CULTURAL EN YUCATÁN

Artistas, músicos, literatos, gestores culturales, empresarios, autoridades del ámbito cultural y dirigentes de las industrias culturales más activas de la región opinaron en entrevistas por separado que la realidad de la producción artística yucateca ha rebasado a las políticas culturales de las instituciones. El Ayuntamiento comenzó proyectos de política cultural que no cumplieron con la expectativa o no se concretaron; los entrevistados opinan que el trabajo de Sedeculta en esta materia es nulo. Por su parte, la máxima casa de estudios del estado, que tiene matriculados a cerca de 25 mil estudiantes, recibe 5 millones de pesos anuales para la producción de espectáculos y actividades culturales, además de los gastos de cuenta corriente.

DIAGNÓSTICO DE YUCATÁN 2018

Durante seis meses La Jornada Maya se dedico a entrevistar a los protagonistas del sector cultural para realizar un balance del estado de la cultura en Mérida, Yucatán. A estas entrevistas se le suma un trabajo de investigación con documentos públicos y solicitados vía transparencia.

MUSEOS SIN PROFESIONALIZACIÓN

A los espacios de exhibición y museos les falta profesionalismo y las instituciones se han estancado con los artistas de siempre. “No invierten en espacios de exhibición; hasta en las fichas ves la falta de profesionalización en las propuestas”, aseguró la gestora Nadia Pérez Basurto, quien ha trabajado en el Macay y en la galería de arte Lux Perpetua. Pocas veces, asegura, las propuestas artísticas ponen en debate a la sociedad. No hay actividades que estén relacionadas con la exhibición: publicaciones, pláticas, visitas, o actividades transversales con otros campos del conocimiento. Los administradores de espacios independientes aseguran que actualmente es necesario el subsidio para operar. En los últimos años han cerrado espacios icónicos de la ciudad como la Casa de la Cultura Elena Poniatowska La 68, el Teatro Fantasio y Cairo Cinema Café, los cuales llevaban 10 años operando como una alternativa al cine comercial o un espacio más para las artes escénicas Ningún espacio cultural independiente tiene subsidio o algún tipo de apoyo por parte de los gobiernos locales. El Teatro La Rendija y el Centro Cultural Tapanco cuentan con apoyo federal mediante las becas del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), con el que realizan las mismas actividades que después sirven al Ayuntamiento y a Sedeculta para llenar su programación en sus festivales y temporadas de sus espacios culturales.

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SEDECULTA

Según el Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado de Yucatán para el Ejercicio Fiscal 2017, así como documentos obtenidos vía Transparencia, la Sedeculta obtuvo un presupuesto de 230 millones 578 mil 260 pesos

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AYUNTAMIENTO DE MERIDA

Renán Barrera Concha, candidato a la presidencia municipal, quien ya fue alcalde en el periodo 2007-2010, opinó en un comunicado que los gobiernos panistas siempre apuestan a que una sociedad avance culturalmente.

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UADY

En el caso de la UADY ocurre algo diferente; la mayoría de los programas apuestan por una formación a largo plazo con un presupuesto de apenas 5 millones 838 mil 316 para el 2018 (sin contar la Filey) del total de 2 mil 629 millones 682 mil 759 pesos que recibe la universidad.

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FILEY

Para la actividad más importante de la universidad, la Filey, se invirtió el triple del presupuesto para todas las actividades del año. Según el informe publicado por la en su página oficial, en el 2017 el presupuesto fue de 17 millones 40 mil 248 pesos.

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IHMY

Desde el IHMY, dirigido por Jorge Esma Bazán, se administran y coordinan, los museos dependientes de la administración pública estatal.

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GRAN MUSEO DEL MUNDO MAYA

El Gran Museo de la Cultura Maya abrió sus puertas en el 2012 y exhibe una colección de más de mil 600 piezas de la cultura maya, tanto de la época prehispánica como de la colonial.

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FESTIVAL INTERNACIONAL DE LA CULTURA MAYA

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MACAY

El Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán (Macay) tiene como objetivo la promoción y difusión del arte moderno y contemporáneo de la península. Al año recibe un promedio de 72 mil visitantes y a 22 mil niños a través de programas especiales, cursos, talleres y visitas guiadas.

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OSY

En el ya citado libro Dinero para la cultura, Gabriel Zaid explica que en muchos países hay una tradición de apoyo privado a la cultura. “En México, desde fines del siglo XIX hasta fines del siglo XX, el Estado prefirió hacerse cargo de la educación y la cultura, y que el sector privado no se metiera.

Propuesta de creación de un observatorio cinematográfico

Integrantes de colectivos de cine, productores, directores, gestores culturales y otros involucrados en la industria audiovisual del estado buscan incidir en las políticas culturales y las propuestas de los próximos candidatos para impulsar el desarrollo de las producciones audiovisuales a través de la formación del Observatorio Cinematográfico Yucatán. La propuesta se presentó en el marco de la Filey 2018 y estuvo a cargo de Andy Manrique, beneficiario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (Pecda) con el proyecto Diálogos de cine, que pretende incentivar la reflexión acerca del panorama cinematográfico de la península a través de foros de discusión; y de Sergio Aguilar Alcalá, quien desde el año pasado creó la plataforma Piensa cine, que fomenta las reflexiones académicas entorno al cine.

“El observatorio se va a encargar de que los proyectos con recursos públicos sean evaluados. Hace poco, para Polos Audiovisuales se compraron cámaras por parte de la Sedeculta y eran cámaras obsoletas para lo que se está haciendo en el cine digital. Es un recurso que no está siendo aprovechado”, aclaró Andy Manrique Cámara.

El Observatorio Cinematográfico Yucatán tendrá como objetivo dar seguimiento a la eficiencia, transparencia y evaluación de los recursos públicos en proyectos audiovisuales; la elaboración de un catálogo de servicios audiovisuales, interdisciplinarios e interinstitucionales que incluya desde las empresas rentadoras de equipo hasta los freelancers y casas productoras; la evaluación de servicios de producción, comisión de filmaciones y festivales de cine así como la protección laboral de los trabajadores audiovisuales. La organización denunciará precariedades y problemas laborales y trabajará con instancias gubernamentales para mejorar las condiciones de trabajo.

“Tratar con nuevas lógicas la falta de transparencia en la asignación de los eventos masivos que no emiten convocatoria de participación, y esto propicia que gestores sin experiencia accedan al recurso porque se llevan bien con el funcionario.No se trata de evaluar qué proyecto sí merecía el dinero o no sino cómo se distribuye”, agregó Aguilar Alcalá.

Buscarán involucrar a las cámaras empresariales, asociaciones artísticas, instituciones de educación superior que ofrezcan carreras de comunicación y medios audiovisuales, así como funcionarios públicos quienes serán continuamente evaluados por el gremio. Recordaron que actualmente existen varios festivales de cine como el FICMY, Libre Cinema Festival, Voodoo Film Fest, Kayche, Mórbido y otros. En el estado existen también dos comisiones fílmicas, la Comisión Mexicana de Filmaciones de la Secretaría de Turismo presidida por Carlos R. Baqueiro y la empresa privada Comisión Fílmica de Mérida y Yucatán de Karla Medina, aclararon que ninguna de las dos hacen nada para los productores locales, a diferencia de cuando viene una producción de afuera.

ELIMINAR LA LÍNEA CLASISTA, META DEL PALACIO CANTÓN

NECESARIO, VER LA PARTICIPACIÓN SOCIAL COMO EL TRABAJO DIARIO Y NO COMO UN OBJETIVO: GIOVANA JASPERSEN

Una de las referencias positivas y recurrentes es el Museo Regional de Antropología Palacio Cantón que depende del Instituto Nacional de Antropología e Historia; (INAH) su agenda está en coordinación con la instancia federal pero han encontrado el equilibrio con exposiciones temporales internacionales, nacionales, regionales y locales. Colaboran con la sociedad civil a través de foros, festivales y mesas, aportando no sólo el espacio sino a sus investigadores que participan de forma horizontal con la ciudadanía. Giovana Jaspersen García, directora del museo, platicó que les ha costado eliminar la línea clasista de un inmueble tan imponente.
“Muchas veces vemos la participación social como un objetivo, y no como una forma de trabajar todos los días. Desde la comunicación, redes, eventos, queremos que se entienda que somos personas, tenemos diálogos horizontales y las instituciones somos facilitadores de procesos”, opinó. La exposición Ko’olel.
Transformando el camino, trata del “ejercicio de reconfiguración y relectura histórica más importante que se ha hecho en el museo desde que fue inaugurado”. Durante la inauguración, el director general del INAH, Diego Prieto, destacó que el Palacio Cantón será el modelo de museo que buscarán se réplica en el resto de la República. “Cuando vemos un museo como el Palacio Cantón, que en el siglo XXI y frente a una supuesta crisis museística ha logrado quintuplicar a sus visitantes y elevar 450 por ciento su agenda cultural y académica, es claro y determinante que esta voluntad compartida es semilla que rinde frutos a diario y un referente en nuestro país”, manifestó el director del INAH. El museo contará con una inversión de casi 30 millones de pesos para la compra de dos inmuebles que formarán parte del primer Conjunto Cultural de Paseo Montejo junto con el Palacio Cantón, un proyecto que será icónico tanto para el INAH como para el estado.
Durante la Filey, en su edición del 2018, Fabrizio León Diez charló con Giovana Jaspersen. A continuación la entrevista: Giovana, afirmaste en tu discurso de la inauguración de Ko’olel. Transformando el camino que ser mujer en Yucatán es diferente, ¿podrías explicarnos está idea y el porqué de esta exposición

NO SE HA COMPRENDIDO QUE LA CULTURA EN YUCATÁN ES EL ÚNICO CAPITAL ESTABLE

Creo que en Yucatán me he descubierto de forma distinta como mujer, lo debo decir, y mucho ha sido a través del diario que sin duda está involucrado en el tema de género. Conforme avanzaba la gestión del servicio público como veía la realidad y las puertas y como comenzó a suceder en Yucatán que era un sitio en donde no teníamos la cantidad de feminicidios que tenemos en otros lugares, comienzo una concien cia muy distinta acerca de los temas de género. Recuerdo muy bien que en una ocasión me hicieron una entrevista muy larga, una entrevista probablemente de poco más de una hora y yo explicaba que llevaba desde el 2013 en el Instituto y mi trayectoria y lo que hacía.
La cabeza de esa nota decía “A Giovana ser joven y ser mujer le ha abierto muchas puertas”, hablando de cosas como éstas que te topas a diario. Lo ves una, y otra, y otra vez, y te das cuenta de que sí hay que hablar de género. Es importantísimo e imprescindible y sucede que comienzo a escribir de género, en realidad el pretexto fue La Jornada Maya.

En el servicio público y en los años que llevas al frente del Palacio, has identificado las diferentes corrientes, las diferentes tribus culturales ¿cómo calificas el momento cultural por el que está pasando Yucatán concretamente Mérida? Creo que es un periodo de transformación. Por primera vez se preguntan tantas cosas en el ámbito cultural. Me cuestionan sobre política cultural; primero debemos saber si tenemos política cultural. Las personas que estamos como representantes del campo de la cultura o que estamos haciendo algo para la agenda pública (que no es lo mismo que la política) todos tendríamos un concepto distinto de cultura. Habría quien lo enfocaría a las Bellas Artes o lo encaminaría muchísimo más a cuestiones tradicionales; habría quien hablaría de pintura y habría quienes tendrían una cuestión más antropológica sobre la cultura o de una manifestación que identifica a un grupo.

LA CULTURA ES LA MATERIALIZACIÓN DE NUESTROS ACTOS, EMPEZANDO POR LA LENGUA

Esta diferencia ha hecho que la agenda cultural sea complicada y que la política cultural no se aterrice. Somos la única ciudad que tenemos una Carta de Derechos Culturales que diseñó el Ayuntamiento de Mérida, sin embargo, es muy complicado ver que aterrice, de la misma forma que sucede con la ley de derechos lingüísticos y de la misma forma que sucede con muchísimas cartas y que en el momento de aplicarlas no somos tan conscientes de ellas. Tenemos que aprender a comunicar la cultura de manera distinta.
Ésa es la crisis de la cultura. Creo que la respuesta sólo está en la participación social que durante muchísimo tiempo quedó fuera de la agenda pública y que se dejó fuera de la política pública. Ante las votaciones que se avecinan ¿Has notado alguna intención cultural de los partidos en sus propuestas? Conocemos muy poco de propuestas. Creo que nos han faltado muchísimos comunicadores de la cultura. Ha sido tan sectaria que a los que les gusta la cultura hablan de cosas distintas y otros se alejan porque no les gusta sentirse ignorantes de un tema. No se ha comprendido cabalmente la fortaleza de la cultura que es nuestro único capital estable en Yucatán. La cultura no se puede cambiar y es lo que en realidad está sosteniendo al turismo y puede sostener la seguridad y muchas otras cosas que son un constructo cultural. Sin embargo, eso no se capitaliza porque se piensa que la cultura es sólo ir a un museo a ver un cuadro o una pintura. No se comprende la cultura como un camino para aprender muchísimas más cosas que son en realidad lo que sostiene a la nación ante una economía tan variable o con tanta violencia. El turista viene por la cultura mexicana. En realidad es a través de la cultura como aprendemos cosas, es la materialización de nuestros actos, empezando por la lengua. Hay un texto en el que mencionas como una responsabilidad de los millennials para ser un puente generacional para nosotros y para lo que viene, ¿podrías desarrollar esta idea? Esto genera una crisis muy fuerte, porque en las sociedades siempre se había valorado al anciano por sabio. De repente, en el siglo XXI si yo tengo un problema con mi teléfono nunca le voy a preguntar a mi madre, le voy a preguntar a mi sobrino, quien no sabe nada de la vida, sólo del celular.
Nuestros sabios grandes, hombres y mujeres con experiencia se sienten nuevamente analfabetas y tenemos empoderada a una generación que no tiene experiencia y no ha experimentado todo lo que los otros.

Somos el puente generacional, quienes traducen este nuevo lenguaje y los únicos que podemos capitalizar la experiencia que tiene este grupo. Una de las grandes críticas que tiene mi generación y la millennial, es que son petulantes y sobrados, si se cae en eso y no se reconoce la experiencia y el valor de los otros, toda esa información la vamos a perder. Es una de las cosas que me preocupa mucho: nuestros sabios están muriendo y nuestros jóvenes no entienden su sabiduría y no la saben proyectar para el mañana.

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