Jairo Magaña San Francisco de Campeche

Las abejas, si las tratamos bien nos dan buena miel: apicultor

Miel y Cera de Campeche, la sociedad de apicultores más grande de la península de Yucatán

“Para nosotros, las abejas son como cualquier ser vivo, si los tratamos bien nos dará buena y bastante miel, platicamos con ellas y reconocen a sus dueños, pero la realidad es que ellas son vida y hacen que la tierra floree, respire y viva”, señaló José Antonio Ucán Poot, apicultor con 20 años de experiencia, proveniente de la comunidad de San Francisco Suc-Tuc, en el municipio de Hopelchén, y quien hoy forma parte de la administración de Miel y Cera de Campeche S.P.R de R.L.

Encargado de las finanzas de la empresa, y al pendiente de los remanentes, ganancias y activos de más de 5 mil 500 apicultores de todo el estado de Campeche, Ucán Poot reconoce que la producción actual de miel está por debajo de su media en cuanto a temporadas pasadas, ya que anteriormente, para estas fechas, contaban con más de 3 mil toneladas del producto y hoy apenas sobrepasan las 2 mil.

De esta producción, 80 por ciento ya está destinado para países como Alemania y Arabia Saudita, clientes principales de la producción mielera de Campeche, considerada una de las más ricas en el mundo, de las más nutritivas y de las que tienen mayor poder fármaco.

Producción y certificación

El apicultor explica que en el laboratorio certifican la calidad, pureza y consistencia del líquido, el cual está envasado en contenedores de 300 kilos del producto de manera general y del cual sacan una producción de hasta 3 mil toneladas diarias que son enviadas a Yucatán para su transportación a los países correspondientes, que incluso pagan por adelantado.

El proceso de inocuidad y análisis del producto es el más importante para Miel y Cera de Campeche, es el primer paso para certificar un artículo que deja buen ingreso al Producto Interno Bruto (PIB) del estado, junto a la producción cañera, de pulpo y camarón, en cuestiones de actividades económicas primarias.

Pese a la sequía y escasa lluvia, el apicultor destacó que hubo buena floración en todo Campeche y que los árboles de jabín, así como el tajonal, tuvieron una excelente producción, las flores inundaron las zonas forestales e incluso pintaron diversas zonas de mayor actividad apícola; siendo el municipio de Hopelchén uno de los más dedicados a la actividad y donde está al menos 40 por ciento de las 180 mil colmenas registradas en Campeche por la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR).

Ucán Poot cuenta que en 2015 la sociedad de producción rural abrió su tienda en un espacio del complejo, acondicionado con climas para mantener fresco el producto, e instalaron anaqueles para las presentaciones de medio y un kilo de miel, envasados en recipientes de vidrio con el logo de la empresa. Señala que la venta total del producto va dirigida a las finanzas generales de la sociedad.

Ucán Poot reiteró que confían en que la producción de la miel aumentará en los siguientes días, pues en algunas zonas ha llovido y esto propicia la floración en las distintas áreas de la entidad, y con esto, el ciclo de polinización es constante, “las abejas estarán activas, habrá producción, cumplirán con su meta por cliente y tendrán buenos resultados a nivel general como empresa”.

Antecedentes de las abejas en Campeche

El apicultor, relató que en sus 20 años de experiencia ha escuchado infinidad de mitos, leyendas y cuentos alrededor de las abejas, “desde el hablarles bonito para que produzcan buena miel, hasta la relación que tiene cada apicultor con sus colmenas”, es decir, el vínculo de insecto a dueño por irlas a visitar, “llevarles comida cuando no hay floración e incluso, el traslado de los apiarios a zonas altas”.

Destacó que los primeros indicios datan de la Xunaan Kan o melipona, abeja oriunda de la península de Yucatán, conocida como abeja maya, la cual no tiene aguijón y es muy dócil. “La miel que da esa abeja es muy cara, medicinal totalmente y muy pocos la producen actualmente”, relata.

Según la SDR, en la entidad hay apenas 400 productores de miel de abeja melipona distribuidos en zonas como Calakmul, Hopelchén, Calkiní y Hecelchakán; contra un aproximado de 5 mil 500 apicultores en Miel y Cera, que hace años trabajaban solamente con la abeja europea, pero con la llegada de las plagas como el escarabajo Murray, comenzaron a hacerlo con la abeja africana, más protectora y agresiva a la vez.

“La abeja africana es un insecto muy limpio, ellas limpian la colmena a su modo, cuando comienzan a aparecer las larvas de los escarabajos las sacan, a modo de defensa; la europea y la melipona preferían migrar a otra colmena, en el caso de la europea, y/o tronco, en el caso de la melipona”, dijo.

En la actualidad, dijo, los apicultores de Campeche utilizan la misma técnica de castración que les enseñaron sus padres, sus abuelos y así toda una dinastía familiar, queman bacales o hueso del maíz, para que el humo atonte a las abejas y no estén tan agresivas cuando los mieleros sacan la miel de las colmenas. “¿Cómo no van a molestarse si estás destruyendo su casa? Para sacar la miel hay que romper el panal, de lo contrario no podría recolectarse el producto”, finalizó.